miércoles, diciembre 22, 2004

El cambio y los individuos

Hace un tiempo aludía en este mismo blog al hecho de que la brecha digital podía implicar inclusive una brecha personal. He estado reflexionando sobre ello últimamente, y lo cierto es que no le encuentro la solución que íntimamente desearía. Al final de todas mis reflexiones sobre el asunto, la pregunta es la misma: ¿debo pararme yo y esperar a la persona que está a mi lado cuando ésta ha decidido y asumido que ni le gusta ni quiere ni está dispuesta a seguir mi ritmo?.

Soy de los que gusta de andar por la montaña. Los que subimos algún pico que otro sabemos que nunca debemos dejar de lado a aquéllos que, menos fuertes que los demás, se van rezagando y perdiendo comba respecto a la cabeza del grupo. Pero en este caso quien se queda atrás no lo hace por gusto, sino porque no puede ir más deprisa; pero con una preparación más intensa, sí será capaz de ascender cada vez mejor y a mayor ritmo. En el supuesto de que alguien decida no subir y disfrutar de la caminata y del esfuerzo, ¿me voy yo a privar de ello porque no quiera esforzarse?.

No pierdas tu ocasión de viajar por quedarte junto a aquél que se siente más cómodo sentado en el andén.