Con la mente abierta.
Con el corazón alegre.
Con el alma limpia.
Es la hora de la verdad.
Mi espada está dispuesta.
Y mi fe, inquebrantable.
El resto es camino por andar.
Lo recorreremos con el viento a la espalda.
Con el sol brillando sobre nuestros rostros.
Con la lluvia fecundando nuestro trabajo.
Henos aquí, pues, dispuestos.
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