Ha llegado el momento de su partida.
Ha competido noblemente, ha llegado a la meta en su carrera, ha conservado la fe.
Por encima de diferencias y disensiones, se ha marchado un hombre coherente.
Bastaría una mínima parte de coherencia para que este mundo cambiante fuera completamente distinto, y más feliz.
Aún nos queda mucho que aprender.
Pero sé que finalmente lo conseguiremos.
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